Dos jóvenes emprendedores de Lanzarote trabajan para posicionar los quesos artesanos en la Capital de España.
Ana y Vicente abrieron en Arrecife hace 4 meses una tienda de queso. Entre sus objetivos están hacer conocer al consumidor final el origen y la historia del producto que compra, y fomentar el consumo de queso artesano. Ahora quieren ir más allá. Por eso nace Queso Project.
“Desde que abrimos hemos ido creando una red de queserías canarias que son las que nos surten todos los meses». Señalan los protagonistas. «Conocemos muy bien a los artesanos con los que trabajamos y eso es fundamental para transmitir al consumidor final la historia de cada elaboración”.
Uno de sus próximos proyectos es la puesta en marcha de una red de queserías canarias de pequeña producción que se empezará a lanzar en octubre en Madrid. Argumentan que hoy día gran parte del queso canario que sale de las islas pertenece a grandes queserías, que suelen ser las únicas que tienen la oportunidad y las facilidades para exportar.
“Se exporta buen queso canario, pero nosotros queremos ir más allá. El queso artesano es cultura viva, muchos de los quesos con los que trabajamos llevan pasando por las manos de bastantes generaciones de queseros. Hacer llegar estas pequeñas elaboraciones es hacer llegar un producto auténtico y muy arraigado en Canarias, y eso gusta», destacan. Desde Queso Project pretenden que «el queso herreño que hace Juan José en Valverde con sus 75 cabras, el queso de Yolanda de Fontanales o el queso que elabora Toni en La Palma, entre otros, lleguen a Madrid”.
En las próximas semanas acudirán a la península donde ya tienen clientes potenciales que se han interesado por el proyecto y, como dicen, si triunfa el proyecto triunfan los protagonistas: los queseros.
¿Por qué Queso Project?
“Consideramos que en Canarias la excelente calidad de sus quesos artesanos de pequeña producción no se corresponde con el bajo precio que tienen en el mercado» apuntan en una nota de prensa, en la que subrayan que «la mayoría de los queseros son además ganaderos e invierten un esfuerzo descomunal para el valor final del producto. Conocemos queseros que están compitiendo en precios con grandes producciones y eso hay que cambiarlo, el consumidor final debe saber diferenciar entre un producto artesano y un producto que no lo es. Además a la gran mayoría sus clientes les fijan el precio de costo y marcan el devenir del mercado, nosotros no. Nuestra filosofía se basa en que el protagonista es siempre el productor, nosotros contamos su historia y él nos sirve cuando puede y decide el precio”.
Dicen además que se encuentran en la tesitura de que algunos debido al bajo precio que pueden vender el producto están a punto de desaparecer.
“La situación es diferente dependiendo de cada isla, en Lanzarote y Fuerteventura el queso es más fácil de vender, en cambio en algunos pueblos de la cumbre de Gran Canaria la cosa es diferente. Si desaparece una quesería artesana desaparece parte de nuestra tradición. El proyecto de la red de queserías artesanas de pequeña producción surge para intentar, desde nuestra pequeña posición, apoyar a estas queserías que se encuentran en esta situación.”
Dicen Ana y Vicente que sus clientes en Madrid buscan precisamente lo que no quiere un supermercado, estacionalidad y producción limitada, características propias de estas elaboraciones con gran arraigo en la tradición canaria.
“Si las cosas salen bien podremos demostrar que si desde un pequeño comercio se puede fomentar el consumo de queso artesano de un puñado de pequeñas queserías, qué no se podrá hacer desde instituciones públicas para fomentar el consumo de queso canario artesano fuera de nuestras fronteras”.