Lleno hasta la bandera y gente en lista de espera para una de las citas más esperadas en las Cenas de una Noche de Verano
Contaba Luis Benito, alma, corazón y motor del Chiringuito Tropical (Playa Blanca) que en la primera edición de las Cenas de una Noche de Verano reservaron 27 comensales. Esta edición, la quinta, el número de reservas ha ascendido a 700. Y varias decenas se han quedado con la miel en los labios. No tanto por la falta de espacio -o días que tiene el verano- cuanto por la agenda de los distintos chef y, sobre todo, por lo limitadas que, a la fuerza, tienen que ser este tipo de veladas. Dos son los motivos que obligan a ello: las infraestructuras del propio local y la necesidad de crear un ambiente intimista, casi familiar, entre todas las mesas. En torno al medio centenar por noche va más que bien. Aunque casi siempre se supera ese número. La de este jueves no fue una excepción.
Pedro Nel, etéreo y verdadero
Pedro Nel Restrepo (Medellín, 1967) desembarcó en el Chiringuito Tropical junto a su esposa Viviana Sarria, su hijo Paolo (20) y la intención de hacer pasar un rato de felicidad a los que aguardaban en las mesas del lugar. No concibe otra manera de interactuar con los clientes. En este caso, comensales atraídos por las Cenas de una Noche de verano y el reconocido prestigio del chef. Un Sol Repsol y el Recomendado Michelin dan la bienvenida en Etéreo By Pedro Nel, su restaurante en Santa Cruz de Tenerife, donde presenta su propuesta como cocina de mercado y toques de fusión cultural. Mejor explicado, imposible.
El chef defiende sus raíces colombianas con la misma pasión que habla de la calidad de la despensa canaria. La del mar y la de la tierra. Y se pone a diseñar platos que te guían a un paseo entre Atlántico y Pacífico, la cocina criolla y la mediterránea, Canarias y Colombia… ancestros y modernidad. Todo, en medio de una sinfonía de la que participan Viviana Sarria, repostera de nivel, y Paolo, que va para chef grande. Y ejecutada por el incansable y eficaz personal de sala -o de jable y avenida- del Chiringuito Tropical.
En la definición de etéreo aparecen las acepciones sutil e impalpable. En los platos de Etéreo hay sutileza, por supuesto. Pero de impalpable nada: corpóreo y verdadero. Verdadero de que existe, que está, que lo ves, lo palpas, lo hueles y lo saboreas. Y verdadero, de verdad. Cocina sin imposturas. Lo que te dice es lo que hay. Lo que hay ,es lo que acaba transmitiéndote el plato. Y, normalmente, lo que hay es lo que tiene que haber. Ni sobra nada, ni nada falta en cada receta.
Un poco de Etéreo en el Chiringuito
La noche se abrió con un par de Croquetas de pipián y ají de maní, a las que siguió un Tartar de vieira y aguacate y una Ensaladilla con cangrejo real.
Y acabó de romper con una soberbia Crema de boletus trufada y yema de corral, una Lubina, velouté de maíz y carbón de yuca y la Carrillera de cerdo ibérico, guiso criollo y air-bag de papa.
Quedaba, naturalmente, la parte dulce. Por poner solo uno de los muchos sabores que transmitió El Etéreo expresión mango-maracuyá que se sirvió como remate de un menú que, en efecto, cumplió de principio a fin con aquel anhelo inicial de Pedro Nel de hacernos disfrutar a todos.
La Espiga Dorada de Calasparra
Con humildad y un trabajo incansable, Luis Benito está posicionando al Chiringuito Tropical entre los referentes de Canarias. Ya es poseedor de un Solete Repsol, sinónimo de lugar de indudable encanto donde compartir un rato más que agradable al tiempo que te garantizas buena comida con productos de cercanía. Y este jueves lucía, con el orgullo con el que hay que lucirla, la Espiga Dorada, un distintivo que desde 2020 otorga la D.O.P. Calasparra a quienes confían de manera fiel en el arroz de ese origen. Es el caso del Chiringuito Tropical, como bien saben todos sus fieles clientes.
El Consejo Regulador D.O.P Calasparra estableció las bases para la obtención del citado sello, las cuales pasan principalmente por hacer visible y contrastable la utilización del cereal.
Enhorabuena a Luis, Lila, Leti y a todo el equipo de un lugar cada vez más grande