Crónica del X Aniversario de El Chiringuito Tropical
La primera quincena de octubre de 2014 fue frenética para Luis Benito. Su esposa, embarazada, estaba saliendo de cuentas y él esperaba tomar posesión de su proyecto futuro, el Chiringuito Tropical. Lo primero fue el hijo; tres o cuatro días después, las llaves del lugar. Antonio, el chinijo, podría decirse que rompió con la norma escrita y no llegó al mundo con un pan bajo el brazo, si no con una paella.
Transcurridos diez años, Luis Benito recuerda los primeros pasos en un lugar alejado del centro de Playa Blanca, con la justa actividad para marchar un par de paellas a la semana y despachar a los guiris con bocadillos y hamburguesas.
Poquito a poco, paso a paso, casi diríamos que grano a grano -de arroz- con la perseverancia del que está seguro de lo que hace, Benito ha elevado al Chiringuito Tropical a la categoría de Solete Repsol y a él mismo en una autoridad en el universo Calasparra con la ostentación de la Espiga Dorada que otorga la DO a quienes confían de manera fiel en el arroz de ese origen.
Reportajes de medios de comunicación especializados, periodistas y cocineros de prestigio hablando del Chiringuito Tropical, las Cenas de una Noche de Verano, Luis Benito siendo reclamado para participación en ferias temáticas y en eventos populares…. el éxito, en definitiva. Que ha sido celebrado con paella y buen rollo, dos marcas de la casa.
Pero un éxito de los buenos. De esos que se saborean mejor porque se tiene muy presente de dónde se viene. Valgan dos detalles de sendos símbolos que identifican al Chiringuito: la silla de madera de las que sacar a la calle en la fresca de la noche de verano y el cuatro latas (Renault 4) con el que acarrear con la compra del día y las mudanzas necesarias. La vida real es la suma de cosas sencillas. Feliz cumpleaños al Chiringuito, al pibe y a las buenas gentes que forman la familia del local.
